Papá, el primer asesor financiero que tuvimos (aunque no lo supiera)

Papá, el primer asesor financiero que tuvimos (aunque no lo supiera)
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Para muchos, papá ha sido ese héroe silencioso, ese primer ejemplo que tuvimos en tantas situaciones de la vida, incluyendo nuestras primeras lecciones sobre dinero. Sin títulos ni tecnicismos, nos mostró que el esfuerzo diario vale más que cualquier plan financiero, que ahorrar es una forma de amor, y que cuidar lo poco o mucho que se tiene es parte de ser responsable.
Cuando pensamos en un asesor financiero, imaginamos a alguien con traje, calculadora en mano y gráficos complicados en una pantalla. Pero si lo piensas bien, tu primer acercamiento al mundo de las finanzas probablemente vino de alguien mucho más cercano: tu papá.
Sí, ese mismo que decía frases como: “el que guarda siempre tiene”, “el que no gasta, gana”, el que paga, apaga (las luces)”, “la plata no cae del cielo”, “guarda por si las moscas”, o “no te metai’ en lo que no podís pagar”. Sin saberlo, estaba sembrando en ti las bases de tu educación financiera.
Este Día del Padre, queremos rendir homenaje a esos primeros asesores financieros no certificados, que sin títulos ni apps de inversión, nos dejaron enseñanzas que valen oro.
1. Te enseño a valorar la pega
Quizá recuerdas esta frase: “Si querís algo, tenís que trabajar por eso.” Papá, no solo decía la frase, si no que nos la enseñaba desde el ejemplo. Desde chico podías ver como tu papá se levantaba temprano, tomaba el metro y trabajaba duro para que nada faltará en la casa. Ahí aprendiste que el dinero cuesta ganarlo, y que la responsabilidad es una forma de amor.
2. Ahorra siempre
Seguro está frase ahora la dices tú sin darte cuenta: “Siempre hay que tener un chanchito.” Quizá tu papá no hablaba con términos muy “elevados” como: fondos de emergencia, pero siempre nos inculcó tener un ahorro por “si acaso”.
3. Te enseño a priorizar lo verdaderamente importante
“No botís la plata en leseras.” Si, aunque está frase a veces diera lata, tu papá te enseño a priorizar y a cuestionarte si realmente era momento para ese gasto. Lo que hoy llamamos consumo responsable.
4.Te enseño que hay que pensar 2 veces
“Si no lo podís pagar dos veces, mejor ni lo comprís”. Te ayudó a entender que endeudarse puede ser útil, pero hay que hacerlo con cabeza y es preferible saber si era el momento para hacer ese gasto o no.
5. Pensaba a largo plazo, aunque no lo dijera
Puede que no te lo contara, pero muchas veces papá ya estaba planificando: un seguro de vida, una libreta de ahorro para tu educación, o simplemente preocupándose de que no te faltara nada más adelante. Esa previsión silenciosa era su forma de decir “te cuido, incluso cuando no lo notas.
Puede que tu papá no se maneje con criptomonedas ni tenga acciones en la bolsa, pero las enseñanzas más valiosas ya las compartió: esfuerzo, previsión y cariño expresado en responsabilidad. Porque sí: papá fue nuestro primer asesor financiero… aunque nunca se haya puesto el título.
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